Este es un sitio de Branded Content, creado por Studio DF, área de generación de contenido de Diario Financiero.

“Lo más inteligente en este rubro es conversar con la mayor cantidad de gente que se pueda y tejer redes”

Rayo es una startup que combina la logística de despacho con la tecnología para dar servicios de última milla a grandes empresas. Martín Arancibia, su CEO, repasa el camino que recorrió y que lo llevó a co-fundarla, después de un largo periplo trabajando en el rubro de las telecomunicaciones.
Seguir leyendo

En las hojas de vida de emprendedores exitosos, los viajes a Silicon Valley para buscar ideas e inspiración suelen ser un punto en común. Y en la de Martín Arancibia, CEO y cofundador de la startup Rayo también hay una visita al conocido paraíso geek californiano que le abrió la mente y le ayudó a dar forma al siguiente capítulo de su vida y a su nueva faceta como emprendedor. 

Estuvo diez años trabajando en Claro y escalando posiciones. En la época de Palm, BlackBerry y de la primera generación de iPhone, asumió el rol de impulsar los datos móviles. Desde la compañía también lideró la implementación de 4G. Cuando tomó la decisión de irse, lo hizo porque quería emprender. Y esa decisión, según cuenta, ha sido de las más inteligentes de su vida, a pesar de que no tenía idea de lo que quería hacer y de la promisoria carrera que tenía como ejecutivo. 

“Renuncié sin tener nada en mente, ningún proyecto. Era en ese momento o nunca: ya estaba casado, tenía una hija pequeña, necesitaba un cambio profesional y buscar mi propio camino”, cuenta. Lo único que tenía claro era que quería ir a San Francisco y lo aprovechó siendo alumno del MBA de la Universidad Católica. “Todo calzó. Se abrieron cuatro cupos y yo tomé uno. Entonces renuncié a Claro y me fui”, cuenta sobre la oportunidad que cambió su vida, como a tantos emprendedores. 

“Pasé diez años dentro de una corporación, en una gerencia, donde mi relacionamiento del día a día tenía que ver con mis pares, con otros gerentes, con jefes y con mi equipo. Pero fue muy revelador salir a ese mundo donde es normal hablar todos los días con personas de otras empresas, de otras startups, de universidades, inversionistas, un mundo que yo no conocía para nada”, relata. 

Al volver a Chile testeó la primera idea en un rubro que sí conocía, el de las telecomunicaciones. Fue así como a finales de 2017 armó Mint, su primera startup, basada en una plataforma de gestión y administración de SIMs para empresas que venden dispositivos IoT: “Por ejemplo, para prestar servicio a la empresa que le vende los GPS a los camiones o a la que le vende los POS a los comercios”. La firma sigue operando y le va bien, pero Arancibia no está en su día a día; la dejó andando con el equipo que armó, para poder dedicarse a la segunda idea que surgió de ese viaje a Silicon Valley. 

“Antes de llegar a una idea madura, que funcionara, estuve meses en mi casa investigando. Prácticamente ese era mi trabajo: sentarme todos los días en mi computador a leer y a estudiar. El modelo de Uber me parecía muy interesante y atractivo y entonces pensé en crear un Uber de camiones”, recuerda. 

Llamó a Juan Andrés Cabrera, exgerente de marketing de Uber, le contó lo que quería hacer y terminaron asociándose. PedidosYa fue su primer cliente y les armaron toda la flota de repartidores. “Ellos estaban buscando estandarizar ese tema y los ayudamos. Como funcionó, la idea del Uber de camiones derivó en una de logística B2B, pero desde el primer día declaramos que lo íbamos a hacer bajo la formalidad, un poco en contra de la corriente y en un mercado que hasta hoy es bastante informal”, cuenta Arancibia, al mando de este delivery moderno que hoy presta servicios de última milla a grandes empresas, con ayuda de tecnología. 

La fase de crecimiento

Rayo no solo está en Chile. Ya tiene operaciones en México y este año espera crecer un 50% y facturar US$ 7,5 millones, dice Arancibia. Pero cuenta que llegar a ese punto no ha sido fácil y que para eso han tenido que tomar decisiones cruciales. 

“Nos tocó ser extremadamente eficientes mientras otros tenían demasiados recursos y subsidiaban muchas cosas. Nos tocó competir contra billeteras gigantes. Fue una etapa muy dura al ver que llegaban empresas extranjeras y les ofrecían a nuestros clientes la mitad de nuestro precio. A muchos los vimos partir, pero después los vimos volver y eso ha sido muy bonito, porque les demostramos que lo estábamos haciendo mucho mejor y que nuestra tecnología es mejor, aún sin todos los recursos de la competencia”, cuenta. 

La formación de Arancibia no es tecnológica, tampoco tiene la base de alguien con un perfil TI, pero aún así cree que la tecnología y la innovación siempre han impulsado todas las decisiones profesionales y académicas que ha tomado: “Ahora me estoy volviendo loco con la inteligencia artificial, me alucina. Hablo todos los días con los chats y creo que las capacidades y las posibilidades que nos puede dar son infinitas. No soy TI, no soy programador, pero sí soy muy investigador de la tecnología y de cómo funciona. Entiendo de arquitecturas, de cómo se conectan las plataformas, de cómo interactúan entre ellas, pero estar actualizado y estudiar todos los días es una decisión que tomo a diario. Sin esa obsesión, no se puede sobrevivir en este ecosistema”. 

Entre las decisiones difíciles, dice que las de caja son las peores. “Uno no quiebra por no pagar un día o dos, pero muchas veces llegamos a ese momento en que no teníamos cómo pagarle a los proveedores, por ejemplo. Y cada vez que nos ha pasado ha sido tremendo, me he sentido al borde de la quiebra”, relata. 

En esos momentos duros, la red de contactos que ha establecido con los años siempre lo han salvado a él y a su socio. Y al pensar en eso, cree que la mejor decisión que puede tomar cualquier emprendedor es la de conectar: “Lo más inteligente en este rubro es conversar con la mayor cantidad de gente que se pueda y tejer redes: pares, emprendedores, inversionistas, conocer otras experiencias, ir a seminarios, a conversatorios, a donde sea que te inviten. Y al mismo tiempo, saber de todo un poco: de temas societarios, de clientes, bancarios. En mi caso, yo era muy gerente de producto, muy desarrollador de negocio, pero no tenía idea de gestionar una caja, no sabía cómo hablar con inversionistas, cómo pedir un préstamo a un banco. Manejarse en eso es clave para no cometer tantos errores”.

Al igual que Martín, toma una decisión inteligente y apóyate en quienes saben cómo ayudarte fapro.app

También te podría interesar:

Contémpra multiplicó cartera con Open Finance

Contémpra multiplicó cartera con Open Finance

En tan solo un año, Contempora logró multiplicar su cartera de clientes desde que dio el salto tecnológico e implementó la solución open finance de Fapro. Con más de 20 años ofreciendo servicios financieros en Chile, Contempora se...

Crecer utiliza riesgo inteligente y aumenta rentabilidad 

Crecer utiliza riesgo inteligente y aumenta rentabilidad 

La vasta trayectoria de Crecer se aproxima a los 30 años de labor ininterrumpida, con especial foco en las Pymes que acuden a esta entidad para solicitar liquidez. No obstante, para mantenerse competitivos dentro del mercado financiero “decidieron adecuar las cosas” y...

Punto Base aumentó cierres en 60%

Punto Base aumentó cierres en 60%

Este factoring incorporó tecnología financiera en 2022 a través de las soluciones Fapro.  Cristian Barra, Co-founder y CFO de Punto Base Financiero destaca que Fapro es sinónimo de seguridad y define el servicio como una alianza estratégica que les ha permitido crecer...

Evalúa empresas en 5 minutos
Accede a indicadores en línea, analiza escenarios y proyecta tendencias