Un día en 2018 Diego Fleischmann y Salvador Porta, llegaron a la puerta del ingeniero y exgerente de finanzas de AVLA, Benjamín Izikson, con una idea clara: apoyar financieramente a los migrantes. Con esta propuesta, a fines del mismo año comenzaron a darle cuerpo a la fintech que inició como “Migrante” y que hoy, debido a su rápido crecimiento y a los nuevos horizontes que está vislumbrando, pasó a ser “Galgo”, en referencia a la raza canina que se caracteriza por su rapidez y agilidad.
Izikson fue su primer gerente general y recuerda que en el inicio de este proyecto tenía un enfoque netamente social respecto a “cómo ayudamos a los migrantes a integrarse de mejor manera en el país dada la injusticia, que no pasa únicamente en Chile, sino que la vive cualquier extranjero en el mundo al llegar a un nuevo país”.
Desde ese punto de partida, el ingeniero cuenta que la idea fue mutando, manteniendo su propósito social en base a asesoría financiera, pero también desarrollando una estrategia fintech ligada a la tecnología. El resultado final fue un marketplace que entrega créditos pequeños para la compra de vehículos, principalmente motos .
“Nosotros financiamos motos y autos para trabajar en aplicaciones. Entonces al realizar la compra, en vez de ir a Transbank para pagar, nosotros le damos un crédito en línea”, explica Izikson, quien recalca que, por lo general, “las personas migrantes no tenían acceso a créditos o eran muy malas las condiciones. Nosotros les entregamos la opción de un crédito justo y accesible a través de la tecnología”.
Tecnología y data: los habilitadores de una idea inteligente
Según cuenta, Chile no estaba acostumbrado a recibir el estereotipo de migrante venezolano, que estaba compuesto por técnicos y profesionales, muchos de los cuales venían bancarizados desde su país de origen y traían mucha data de este. “Sin embargo, el sistema financiero trata a todos los migrantes por igual, y es un problema del mundo que los discrimina porque no tienen arraigo”.
Por eso, cree que dar el paso a crear este proyecto fue una idea valiente, incluso más que visionaria. “Con el proceso migratorio, nosotros vimos que con tecnología y con datos podríamos ser capaces atender este segmento, y si lo hacíamos bien era un océano azul”, dice, y asegura que sin tecnología no habrían llegado a ser lo que son hoy, ya que desde el inicio entendieron que ser una empresa financiera tradicional no era rentable.
Comenzaron a trabajar en la tecnología y en la data como capítulos por separado, pero, al juntarlos, se convirtieron en los grandes habilitadores del negocio: “Cualquiera podría ponerse a hacer créditos de motos para el migrante. Sin embargo, la problemática de estos créditos pequeños es que los costos para originar clientes y administrarlos son muy elevados. Y el único habilitante para que sea rentable a largo plazo es la tecnología”.

Lo que viene
Para Benjamin Izikson, hoy la empresa se encuentra en un punto que solo “Galgo”, el nuevo nombre de la empresa, puede representar: están teniendo un rápido crecimiento y la firma, además de Chile, ya tiene operaciones en Perú, Colombia y México, país donde actualmente se encuentra el ejecutivo.
“Ahora estamos en una etapa de aceleramiento en México. La startup empezó ya hace cuatro meses armando la máquina, pero ahora ya estamos acelerando las ventas”, cuenta, y añade que una decisión clave que tomaron recientemente fue la compra de un gran marketplace colombiano. “Estamos integrando una compañía en Colombia y eso es un desafío, porque ya está funcionando y duplica nuestras colocaciones mensuales, más todo el cambio cultural que involucra tomar un nuevo país”, señala.
Con este nuevo impulso que tiene la empresa, esperan también ampliar su público a distintos segmentos sub bancarizados en la región, manteniendo su propósito de apoyar a quien lo necesite, porque “no solamente el migrante tiene problemáticas de acceso al financiamiento”, concluye Izikson.
Conoce más sobre Fapro y como puede ayudar a las empresas en www.fapro.app